Ahora que llega a mis manos la edición en inglés de este libro y los ejemplares de su primera reimpresión, puede ser buen momento para compartir algo acerca de Carmen, un libro que ilustré con muchisimo placer a lo largo del verano de 2021.
Este proyecto nace de la colaboración entre la Compañía Nacional de Danza de España con la editorial Cuento de Luz, que nos convocó a Margarita del Mazo y a mí para poner palabras e imágenes a un álbum ilustrado inspirado en la coreografía de Johan Inger que la CND estrenó en 2015 (aquí, un tráiler del montaje).
Al proponerme Ana Eulate este trabajo me asaltaron dudas, esencialmente a causa del plazo de realización; sin embargo, mi familia y los amigos que me conocen bien insistieron en que debía llevarlo a cabo. La ópera de Bizet basada en la obra de Mérimée ha sonado con constancia en casa de mis padres y luego en la mía, mi hijo Íñigo tuvo la suerte de participar como integrante del coro infantil en la representación que tuvo lugar en Pamplona en 2010 (aquí), y yo misma he asistido a varios ballets y versiones de esta obra, desde la de Antonio Gades, en 1983, cuando era una adolescente. El ballet también es una de las artes que admiro, y la danza clásica o contemporánea me ha proporcionado un grandísimo disfrute, como espectadora sobre todo, pero también en los remotos tiempos en que llegué a dar algunos pasitos.
Por todo ello fue emocionantísimo asistir en junio de 2021 al pase de Carmen previo a la representación del día 4 en Úbeda, atendiendo al espectáculo ya con la mente puesta en ese futuro álbum ilustrado que debía basarse en la coreografía de Inger y, por tanto, atender a sus motivaciones, que el coreógrafo explica en este breve vídeo.
Para entonces ya había esbozado algunos dibujos empleando diversos materiales –acrílico, lápices de color- con un trazo espontáneo y manteniéndome fiel a lo que había podido ver de este maravilloso montaje.
Mi primer acercamiento quería ser natural y libre, un poco como esa Carmen a la que iba a representar. En cuanto a los materiales, buscaba también la soltura de la pincelada en los fondos de acrílico blanco mezclado con acuarela, en el grafito aplicado con pincel y en las pocas pinturas de color que he empleado. Estas imágenes resultaron bien acogidas en la CND, y determinaron el camino que las ilustraciones iban a tomar en su acoplamiento al texto de Margarita.
Ella y yo habíamos coincidido en el último curso de Marián Lario, “El quiebro en la ilustración”, que había justamente ejemplificado algunos recursos estilísticos refieriéndose a ellos como “quiebro tímido o quiebro Concha Pasamar” y “quiebro echao palante o quiebro Margarita del Mazo”. Pues hete aquí que ambas coincidíamos, asombradas, en esta nueva Carmen que nos fascinaba. Durante el proceso estuvimos en contacto constante, proponiendo, valorando, ajustando texto e imagen, disfrutando con los retos planteados por este encargo.
En lo que a mí respecta, he intentado mantenerme fiel al montaje y a las decisiones tomadas en él con respecto a la escenografía o el vestuario, y que, creo, ponen en valor el carácter universal de Carmen al diluirse lo más estereotipado y costumbrista. Hay en la Carmen de la CND una actualización en varios sentidos.
Así lo explica el escenógrafo Curt Allen:
El espacio escénico para esta nueva propuesta de Carmen se basa conceptualmente en la creación de una escenografía muy clara y limpia, definida por la sencillez y rotundidad de las formas, y por la honestidad visual de los materiales elegidos. Se busca la asociación de atmósferas mediante la reinterpretación de la novela original, evitándose cualquier tipo de estética costumbrista. Sevilla es un lugar cualquiera, la fábrica de tabacos es cualquier industria y los montes de Ronda representan un estado de ánimo al límite, que traducido al espacio se refleja como suburbios, ámbitos oscuros, escondidos o inseguros.
La escenografía se sintetiza en 9 prismas móviles con tres caras diferentes cada uno, conducidos por los bailarines a través de la coreografía, y con los que se va articulando los diferentes espacios. Espacios limpios que no obstaculizan la lectura del discurso danzado, y que acentúan posibles lugares y posibles estados de ánimo sólo a través de la forma y del material.
Los clichés se transforman igualmente en el vestuario creado por David Delfín, bajo las consignas de Johan Inger de buscar “sobriedad, atemporalidad, contemporaneidad y un sutil acercamiento a la década de los 60 […] Su idea es crear una nueva Carmen, huyendo de los estereotipos estéticos de la obra y de la época, desdoblando y trasladando sus personajes a una especie de equivalente contemporáneo.
De esta forma, los militares se acercan a otra forma estética de poder, como podrían ser los ejecutivos. El torero, la estrella de la obra, estaría más cercana a una estrella de cine o de rock…
Este simbolismo se ve reforzado por personajes metafóricos. Los gitanos, seducidos por los encantos de las cigarreras que despiertan sus instintos animales, se transforman casi en perros. La ingenuidad, la pureza, la bondad y el misterio humano lo representa un niño, una presencia andrógina que se va oscureciendo durante el transcurso de la obra. La violencia y la frustración se traducirá en “sombras”, personajes que irán tomando más presencia y protagonismo en la segunda parte de la obra“.
Con estos mimbres, la responsabilidad era enorme, pero, al mismo tiempo, contaba con modelos maravillosos, con los que trabajé visionando una y otra vez la representación, de donde pude tomar numerosos planos que combinar con las imágenes que el texto de Margarita del Mazo sugería a partir de la polisemia de dragón o del pájaro de la habanera.
Por otra parte, habiendo optado por la fidelidad al montaje y la posibilidad de apuntar a estas figuras del texto, consideré la posibilidad de introducir a línea, esquemáticamente, los elementos esenciales para dar las claves sobre los escenarios donde la acción transcurre: la ciudad, la fábrica o la taberna.
El resultado se presentó en la sede de la CND con motivo del Día escolar de la paz y la no violencia, el 30 de enero, y fue un placer inmenso asistir a esta lectura de la obra, a la que la compañía dio un carácter plenamente inclusivo y que puede escucharse y verse íntegramente en este ENLACE.
Como se indica en la sinopsis del libro, este
retoma los temas universales de la obra original desde la mirada inocente de un niño.
Danza y obra literaria quieren conducir a la reflexión sobre las interpretaciones y malinterpretaciones del amor, así como al rechazo de cualquier clase de violencia
Agradezco muy sinceramente a Cuento de Luz y a la CDN la posibilidad de haber podido realizar las ilustraciones para este álbum y de disfrutar de una manera tan completa , junto con Margarita del Mazo, en todas y cada una de las etapas de su creación.