Aunque ella lo explica de maravilla, me cuesta describir -por todo lo que abarca- el proyecto liderado por Rebecca Gil, en el que participo con un grupo de fantásticos ilustradores navarros y otros artistas.
Meraki Tanttak es una propuesta novedosa y muy cuidada. Sí, un nombre raro: lo sabíamos. Compuesto del griego MERAKI y del euskera TANTTAK, de manera que puede entenderse como una lluvia que riega desde los afectos, como un conjunto de gotitas que todos, autora, ilustradores y colaboradores, hemos creado desde el corazón. Pero prefiero ceder la palabra a quien ideó este proyecto que luego hemos podido construir de manera cooperativa, abierta y afable, porque la autora lo explica junto al equipo en ESTE VÍDEO.
El interés de la idea, las posibilidades que ofrecía, la calidad de los textos y, sobre todo, de las personas que formaban parte de esta empresa entusiasta y auténtica me ilusionaron desde el primer momento, cuando aún no conocía más que la parte literaria: los once cuentos rimados que conformarían el libro ilustrado.
Soy hija y hermana de maestras; yo misma me dedico a la enseñanza, soy madre y valoro el papel de las figuras que acompañan los aprendizajes vitales. Creo que la caja de Meraki Tanttak tiene mucho que ofrecer en la escuela, en casa, en los espacios terapéuticos, en la mesilla de los niños entre los 3 y los 99 años.
De los cuentos rimados que lo conforman, me correspondió poner en imágenes Marta está harta, un retrato-relato de algunas consecuencias de nuestro natural deseo de formar parte del grupo, de que nos quieran, en definitiva. Como en todas las piezas o álbumes ilustrados de Meraki Tanttak, no es necesario haber vivido en primera persona las emociones de sus protagonistas para reconocerlas. En algunos cuentos advertimos un rasgo de carácter o una tendencia propia que nos hace identificarnos de manera natural con el personaje; en todos ellos apreciamos, seguro, un sentimiento que al menos alguna vez hemos experimentado o una situación de la que hemos sido testigos, participantes o meros observadores. Por eso son herramientas de autoconocimiento desde el cual comprenderse, aceptarse o construirse.
La cuestión es que enseguida cogí papel para preparar un storyboard porque el propio texto brindaba unas posibilidades fantásticas de jugar con las palabras a representar gráficamente lo literal de las metáforas -cotidianas o literarias-, y lo cierto es que lo esencial de ese primer bosquejo en viñetas -cuatro garabatos, en realidad- ha permanecido hasta el resultado final. Pero de eso y de procesos hablaremos en otro post.
Nerea Araujo, de Ruah, puso voz y música al texto, y esto es lo que por ahora podemos mostrar, porque el efecto de los cuentos quiere prolongarse de muchas maneras: desde las propuestas del volumen que acompaña a los álbumes ilustrados, y que reenvía a más recursos y lenguajes artísticos, pasando por el blog en el que podrán compartirse experiencias y materiales.
Pero hay mucho más en Meraki Tanttak: cada persona ha puesto lo mejor de sí en un trabajo que integra diferentes estilos, técnicas y maneras de abordar la ilustración o la creación, además de toda la experiencia vital y profesional de su autora.
Financiamos este proyecto a través de una campaña de micromecenazgo (crowdfunding) en Verkami, de manera que los creadores podamos ofrecer a nuestros mecenas el producto a un precio mucho más económico, además de otras recompensas. Para saber más y colaborar con nosotros en esta empresa que busca cambiar las miradas y los corazones, solo hay que hacer clic aquí: la puerta está abierta.